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La calidad de la decisión que tome el Congreso en materia presupuestaria depende, en última instancia, de la calidad del proceso de formulación que dio vida al proyecto de presupuesto que ahora está en sus manos. Si bien el Congreso puede hacer ajustes en montos, destinos y renglones de gasto, así como diseñar normas presupuestarias específicas, resulta imposible para los legisladores modificar los cimientos profundos sobre los cuales se fundamenta el monto de gasto que pretende el Ejecutivo. Una pequeña prueba de ello es la normativa que rige el tratamiento que debió darse al gasto en el rubro de Gastos de Personal dentro de la formulación del presupuesto. De manera muy extraña, las Normas para la Formulación Presupuestaria Ejercicio Fiscal 2017 y Multianual 2017-2019, Norma 28, repiten la práctica de excluir el Gasto en Personal como insumo necesario para la producción de bienes y servicios dentro del sector público. Aunque
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