El destierro
Lo único por hacer es recuperar la fortuna que se llevaron.
Publicidad
Lo único por hacer es recuperar la fortuna que se llevaron.
El destierro fue en los tiempos antiguos un castigo grave, al lado de la pena de muerte. Nadie quería ser expulsado del espacio propio. Los que partían en plan de aventura eran motivados por la ilusión de regresar un día cargados de riquezas. Algo así impulsa a nuestros migrantes, quienes abandonan a sus familias y experimentan la rigurosa soledad en medio hostil y ajeno, pero atados al cordón umbilical por las remesas que salvan a los suyos, y con libertad para volver. Su sacrificio es heroico. El destierro es otra cosa, significa expulsión. En la antigüedad les sacaban de los límites de la ciudad y les decían vete, porque aquí no te queremos. Los rechazados buscaban acomodo en otras ciudades, y se arriesgaban a caer víctimas de los asaltantes de caminos. Pensemos en Serrano en Panamá, un desterrado en jaula de oro que a cada poco busca la manera de
Publicidad
Publicidad