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Argumentar nuevamente acerca de la necesidad de mejorar la calidad del gasto público, hacer más eficiente la fiscalización de los fondos públicos y eliminar mecanismos opacos y discrecionales de ejecución del gasto, los “vehículos del desmadre en el sector público”, resulta ocioso. Quienes no quieren escuchar este clamor popular, nunca lo harán; prefieren creer sus propias fantasías y apostar todo a pócimas mágicas, a la Harry Potter, antes de reconocer sus errores. Por tanto, carece de sentido gastar estas pocas líneas criticando la propuesta de modificación de tasas impositivas recién presentadas, mal llamada “fortalecimiento o recuperación tributaria”, en función de los grandes vacíos que ésta tiene en esta materia. Lo que no carece de sentido es cuestionar los supuestos sobre los cuales se fundamenta la cuestionada propuesta. Uno de los supuestos críticos detrás de la propuesta es el comportamiento que tendría la carga tributaria durante los próximos cuatro años en
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