Las Olimpiadas y el largo plazo
Nadie puede ser campeón sin esfuerzo y sacrificio.
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Nadie puede ser campeón sin esfuerzo y sacrificio.
Hoy inician unas esperadas pero atormentadas Olimpiadas en un Brasil muy diferente al que las solicitó hace unos diez años. Lula en la cresta de la ola de reformas económicas que mantuvo después de Cardoso logró un Mundial y una Olimpiada lo que significaba un reconocimiento de que su país había cambiado y podía ser anfitrión del mundo. Hoy ese éxito no podrá disfrutarlo porque tanto él como Dilma están pagando el abuso de poder y la maldita corrupción que los absorbió. Pero si hacemos un análisis pragmático al cien por ciento, aun con corrupción y delitos, en el largo plazo el Mundial y las Olimpiadas van a dejar desarrollo para precisamente la gente más pobre. Sin estas dos excusas probablemente no se hubiesen hecho cientos de obras de infraestructura municipal tales como líneas de Metro, pasos a desnivel, etcétera. Pero lo más importante es que aunque seguro se sobrevaloraron,
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