¿Hacia dónde caminamos?
La presidencia es lo simbólico. Los cambios demandan acciones de otra naturaleza.
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La presidencia es lo simbólico. Los cambios demandan acciones de otra naturaleza.
A punto de finalizar el 2015, hay algunas reflexiones que nos corresponde realizar. Quizás la más obvia es que las elecciones y el movimiento social desencadenado un 25 de abril, no tienen mucho en común, casi ninguna relación y sobre todo, son como el agua y el aceite. El movimiento social, ciudadano, o como se le denomine, quiere reformas, exige cambios, demanda una nueva forma de dirigir y orientar el país. Mientras que las elecciones representan el viejo orden, la vieja forma de hacer política, en suma, lo que se rechaza desde las calles. Con esta afirmación no se cuestiona la victoria electoral al futuro presidente, solo se señalan los rasgos centrales del periodo que vivimos. Por errores acumulados, por vicios entronizados, y por los despropósitos, las elecciones han dejado de ser vía ideal para la solución de problemas nacionales. Antes no lo eran pero se consideraban un medio, ahora
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