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Por mi trabajo he conocido a varios Presidentes recién estrenados en el poder, casi siempre muy preocupados por responder con prioridad a sus financistas, bases y operadores políticos. Al mismo tiempo, he observado, con sorpresa y decepción, que han carecido de la convicción de que tienen el poder para cambiar el estado de cosas para todos. Los he visto, posiblemente por sus cerebros minimalistas, sentirse con menos poder específico y capacidad, intimidados e inseguros frente a los grupos tradicionales de poder. Es decir, los militares, los empresarios, las sanguijuelas como Joviel Acevedo y sus bases del magisterio, Luis Lara y sus salubristas, Nery Barrios de la UASP y, más aún, las mafias criminales que, por cierto, tienen profundamente penetradas las estructuras claves del Estado. La primera evidencia de que Jimmy Morales está padeciendo estos síndromes, es el injustificable nombramiento del milico Óscar Platero Trabanino como el verdadero poder detrás de
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