Las consecuencias desastrosas y hasta ahora inmanejables de las decisiones de emplear el recurso de la fuerza en Irak (2003-2011), en Libia (2011) y en Siria (2011 a la fecha) han llevado en las últimas semanas a que se configure en Medio Oriente un mundo multipolar cuyo punto de inflexión se da por la intervención militar determinante de la Federación de Rusia en coordinación con sus aliados regionales a favor de salvar del colapso al régimen de Siria. La situación crítica dentro de las fronteras de este país y de su entorno geográfico inmediato se ha extendido hacia Europa, que está sufriendo por ello una seria y creciente desestabilización. Sirva como antecedente mi artículo, ¿Europa en una encrucijada? publicado 16 de enero pasado. La crisis humanitaria y de refugiados que se ha producido ha llegado inclusive hasta el extremo norte de Europa. En Suecia, por ejemplo, el país nórdico de