Como claramente lo afirmara el candidato Baldizón en sesión a puerta cerrada que se filtró a la ciudadanía por la vía electrónica, esto es una guerra, y la forma como se dirigió a sus seguidores efectivamente muestran a una persona empachada de poder y afán de “destruir al enemigo”. Lo que resulta grotesco es que el propio presidente asuma posiciones semejantes aunque no lo exprese, lo que evidencia la alianza nefasta entre ellos, no solo por su plan de guerra sino por el desprecio a las limitaciones establecidas en la propia Constitución, la Ley Electoral y Partidos Políticos y demás leyes que norman la conducta de los ciudadanos. Ambos se especializan en la agresión a sus críticos más destacados, mediante acusaciones fabricadas y justificaciones falaces sustentadas en calumnias, injurias y difamación, delitos contenidos en el Código Penal. Ambos, a pesar de contar con muchos millones y vivir como reyezuelos, atacan