¡No matarás… no robarás!
Hoy es común dar un falso testimonio, mentir para hacer daño, para quedarse con lo que no es suyo.
Publicidad
Hoy es común dar un falso testimonio, mentir para hacer daño, para quedarse con lo que no es suyo.
No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre y ama a tu prójimo como a ti mismo, respondió Jesús a un joven rico que se le acercó para preguntarle lo que debía hacer para ganar el cielo. Y aun así, hoy se mata para robar un celular, para asaltar, para extorsionar, por un bocinazo, por un desacuerdo. La escuela del crimen está con las puertas de par en par porque en la habitación hay un corazón de piedra esculpido por la avaricia que no permite que los valores espirituales y morales ingresen para llenar de principios una vida que, por ahora, no tiene propósito. Y esa es la lucha de muchos: alejarse de lo bueno porque se identifica por hacer lo malo, vivir una vida irreal rodeado de todos los placeres y pleitesías que da el mundo y aunque
Publicidad
Publicidad