Frankenstein y Van Helsing, acá
La virtud universal y el espíritu comunal.
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La virtud universal y el espíritu comunal.
La inglesa Mary Shelley escribió en Ginebra la primera obra de ciencia ficción en 1808 cuando solo tenía 18 años. Eran días de rayos casi sin luz en la Tierra porque la gran erupción del Krakatoa esparció cenizas que orbitaron la Tierra por semanas. El frío fue tremendo ese invierno en el orbe. Ella, su esposo y lord Byron, bajo los truenos, apostaron una noche muy oscura escribir la historia más terrorífica. Ella ganó y se diferenció de la literatura de fantasía, por su apego a la ciencia con ciertas libertades. Tras la publicación de su Dr. Frankenstein, otros escribieron sobre monstruos como el Hombre Lobo, el Dr. Jekill, el conde Drácula, una proyección de los antiguos mitos de mitad hombres y animales, sin conciencia propia. El Dr. Frankenstein crea un ser vivo con partes de seres muertos, usando la electricidad, recién inventada en Inglaterra. Con chispas, se movían las
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