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Década y media después del retorno del populismo radical a Latinoamérica, materializado en las distintas variedades del Socialismo del Siglo XXI, ha quedado claro que más que un tinte ideológico, la característica común de este tipo de movimientos es el saqueo sistemático y abusivo de los recursos del Estado. Aunque no hace falta mayor explicación del significado de la cleptocracia, sobre todo en un país en donde somos testigos de ella todos los días, nada se pierde refinando la conceptualización que todos tenemos de tan terrible mal. Sobre todo, de cara a unas elecciones generales en donde los partidos tradicionales con más posibilidades de llegar al poder abanderan este tipo de ideas. Como bien la define el escritor cubano Iván de la Nuez, la cleptocracia, no es la suma de muchos delitos puntuales sino un gran sistema de corrupción, “una ingeniería” que no solo articula el robo al Estado, sino
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