No basta con la indignación
Los buenos gobernantes no van a aparecer por creación espontánea.
Publicidad
Los buenos gobernantes no van a aparecer por creación espontánea.
No basta con la indignación contra funcionarios públicos y políticos por sus abusos de poder, corrupción, mentiras y favoritismos. Si bien es importante la intolerancia hacia estos hechos, es preciso que cada persona en lo individual, en su entorno de familia y de trabajo y con sus vecinos renuncie a comportarse de manera parecida en asuntos de menor envergadura. No vale indignarse por los abusos de poder mientras en lo individual se sigue buscando cómo “salirse con la suya”; no basta con criticar el tráfico de influencias si en lo privado se piden favores a personas en posiciones de autoridad para uno “ahorrarse molestias”; no basta con criticar la corrupción si en las asuntos cotidianos cada quien pretende “aprovecharse de las circunstancias”. Una ciudadanía responsable requiere, como mínimo, la estricta observancia de las normas básicas de conducta; en cierto sentido, los grandes males que tanto molestan hoy a la ciudadanía
Publicidad
Publicidad