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Menos de dos meses atrás caía en desgracia quien durante varios años gobernó esa nación, un líder político reconocido por su discurso populista y su talante sarcástico y desfachatado. Persona que, al mismo tiempo que obligaba a su pueblo a cumplir con estrictos y dolorosos confinamientos, se divertía junto con sus asesores en multitudinarias alegres fiestas privadas, y que en nombre de la defensa de los intereses nacionales y la soberanía nacional se las arregló para que su país abandonara un próspero y beneficioso mecanismo de integración económica regional. Hace un par de días le tocó correr la misma suerte…
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