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Como muchos han venido diciendo desde el inicio de la pandemia, en última instancia depende de cada quien evitar contagiar a otros y a sí mismos. Por más que los gobiernos traten de imponer mecanismos para minimizar los riesgos de contagio, la decisión final de cumplir a cabalidad con esas medidas depende de cada quien. Salvo que se recurra a los extremos que vemos hoy en varias ciudades chinas, los cuales no podrían darse en sociedades democráticas que respetan mínimamente los derechos humanos más básicos, sería irreal pretender controlar perfectamente el comportamiento individual de las personas, mucho menos en sociedades…
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