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Aunque muchos lo hemos olvidado ya, uno de los primeros síntomas de que el fenómeno globalizador del siglo XXI se empezaba a resquebrajar fue la Gran Crisis Financiera Internacional de 2007-2008, un problema financiero eminentemente doméstico que se convirtió en un problema mundial. La explosión de la burbuja financiera en EE. UU. alcanzó con sus ondas expansivas a todas las economías del mundo. Muchos levantaron la voz de alarma en ese entonces, manifestando las amenazas que significan para la economía mundial el alto grado de integración financiera existente en ese entonces. El problema pasó y la evolución de este fenómeno…
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