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En noviembre pasado, la “aplanadora oficialista” en el Congreso aprobó el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2022 (decreto 16-2021 del Congreso), por Q106.2 millardos. Esta cifra supuso un incremento de Q12.3 millardos (13 por ciento) con respecto al techo presupuestario que se autorrecetó el Gobierno para el 2021 (Q93.9 millardos) y solo Q1.5 millardos por debajo del presupuesto del “año de pandemia” (2020), que fue de Q107.7 millardos. Cabe recordar que la Comisión de Finanzas y Moneda del Congreso elevó, de un plumazo, el techo presupuestario propuesto por el Minfin, de Q103.9 millardos a Q105.9 millardos, y, por supuesto, de otro plumazo, se aumentaron los ingresos estatales en Q2 millardos. Empero, lo más inconcebible fue que, por medio de un “fondo de revisión”, los congresistas, a rajatabla, aumentaron el gasto público a Q106.2 millardos (Q300 millones más) y cuadraron los ingresos públicos antojadizamente.
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