Chismes y bolas son la comidilla preferida de la muchedumbre, como llamaban los romanos a la masa de ciudadanos comunes y corrientes que viven el día a día envueltos en rutinas y sueños, en fracasos e ilusiones. La política se alimenta en tiempo de elecciones del chismorreo y del abuso de la promesa de igualdad, ese espejismo que se desvanece cuando nos aproximamos. ¿Será posible la igualdad? Cada quien nace según la suerte y la circunstancia particular de tiempo y espacio. Nada se puede asumir. El más afortunado puede alcanzar la dicha o la desgracia, como el más desafortunado, aunque…