Matándose entre prójimos
Esta guerra que se libra diariamente en la capital y en algunas ciudades del interior, entre sectores pobres y sectores medios, no ocurriría si en Guatemala el Ejecutivo cumpliera sus funciones.
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Esta guerra que se libra diariamente en la capital y en algunas ciudades del interior, entre sectores pobres y sectores medios, no ocurriría si en Guatemala el Ejecutivo cumpliera sus funciones.
Las grotescas escenas que la televisión transmitió ayer, de dos hombres que ardían en llamas en el bulevar El Naranjo, luego que una turba enardecida de personas, cansadas de vivir bajo el flagelo de las extorsiones, robos y violaciones, decidió detenerlos, al presenciar que dispararon contra el taxista Fardy Mayén Pérez, quien se negó a aceptar un teléfono de los extorsionistas. Dos motosicarios de 23 y 19 años fueron golpeados y rociados con gasolina para finalmente ser quemados. Hechos deshumanizates, que terminaron en la muerte trágica de tres hombres, provenientes de sectores pobres. En efecto, esta guerra que se libra diariamente en la capital y en algunas ciudades del interior, entre sectores pobres y sectores medios, no ocurriría si en Guatemala el Ejecutivo cumpliera sus funciones. Sin embargo, al presidente Jimmy Morales, al ministro de Gobernación, Enrique Degenhart o al director de la Policía Nacional poco les preocupa que los
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