Insulto a la memoria, desde el Estado
Hay egoísmo en asumir las violaciones a los derechos humanos como algo ajeno, por no haber sido afectado directamente.
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Hay egoísmo en asumir las violaciones a los derechos humanos como algo ajeno, por no haber sido afectado directamente.
Como parte de la emboscada militar, el Congreso continúa con su afán de aprobar las reformas a la Ley de Reconciliación Nacional. Argumentando que buscan “poner un alto a la polarización”. Sin embargo, lo que los diputados que propusieron esta enmienda y quienes los apoyan anhelan es impunidad. Similar a la que han buscado al destruir la lucha contra la corrupción. En países como Guatemala, que es un cementerio clandestino, esta enmienda y el trabajo de socavamiento es un insulto a la memoria nacional. Guatemala -y no solo quienes fueron víctimas o sobrevivieron la violencia del Estado- es heredera y producto de su historia, por lo tanto, es imposible creer en la construcción de paz y estabilidad sin tomar en cuenta su pasado. Pero, incorporar las lecciones del pasado y aceptar que estas están conectadas a las injusticias del presente, es un proceso complicado cuando la Guatemala de posguerra
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