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El papa Francisco, con motivo de la II Jornada Mundial de los Pobres, que se celebró el pasado domingo 18, expresó con elocuencia: “Jesús escuchó el grito de Pedro. Pedimos la gracia de escuchar el grito de los que viven en aguas tormentosas. El grito de los pobres: es el grito ahogado de los niños que no pueden salir a la luz, de los pequeños que sufren hambre, de los niños acostumbrados al rugido de las bombas en lugar de a los gritos felices de los juegos. Es el grito de los ancianos descartados y dejados solos. Es el grito de quienes se enfrentan a las tormentas de la vida sin una presencia amistosa. Es el grito de quienes deben huir, dejando la casa y el terreno sin la certeza de un lugar de aterrizaje. Es el grito de poblaciones enteras, también privadas de los enormes recursos naturales disponibles para
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