El derrumbe…
No importan sus berrinches: CICIG o no CICIG, tienen los días contados…
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No importan sus berrinches: CICIG o no CICIG, tienen los días contados…
Los revolucionarios europeos del siglo XIX hablaban con mucho celo de la forma en que se imponía “un orden nuevo” de cosas. Un genuino proceso de transformación social, decían, tenía “fases”. La primera fase era “la insuficiencia del orden anterior”. Esa insuficiencia se manifestaba de dos maneras: (i) con la “pre-consciencia de las masas” (esa vaga pero generalizada sensación de que “las cosas no andan bien”, de que en realidad, “las cosas andan muy mal”); y (ii) con el surgimiento de la “consciencia ciudadana”, expresada a través de un “diagnóstico social” y de una “propuesta política”. Existiendo tal diagnóstico y tal propuesta, se entraba a la segunda fase, la fase “política”, en la que el liderazgo intelectual de la sociedad persuadía a las masas de la necesidad de imponer el “orden nuevo” de cosas. Una vez las masas, mediante el exitoso avance del proceso político, llegaban a manifestar “el
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