El “affaire”
La apariencia es la piedra que sostiene a las sociedades conservadoras.
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La apariencia es la piedra que sostiene a las sociedades conservadoras.
Las series maratónicas han transformado la industria cinematográfica. Resulta interesante analizar cómo retratan a las sociedades: sus angustias existenciales, sus placeres y lo que se jactan en llamar “sus valores”. El affaire me pareció interesante porque devela una sociedad norteamericana que idolatra con vehemencia el sentido de la familia perfecta. Y uno se pregunta si este formato no es un producto fabricado. La familia perfecta se promocionó ampliamente en las series de televisión de los años cincuenta, sesenta, setenta, como fundamento de la moral justo allí, en el corazón de los valores (al costado del patriotismo y la defensa del individualismo como esencia de la libertad). Un buen esposo, un buen padre es el parámetro para medir la catadura moral de un hombre. Curiosamente, estas familias perfectas generan hijos insoportables: engreídos, radicalmente caprichosos, narcisistas y tan vulnerables que pueden desarrollar una depresión por el hecho de que su padre llegue
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