La era del desencanto
Nunca más deberían los países latino-americanos postergar su inversión en educación e infraestructura. Y nunca más deberían creer en líderes carismáticos que ahuyentan las inversiones.
Publicidad
Nunca más deberían los países latino-americanos postergar su inversión en educación e infraestructura. Y nunca más deberían creer en líderes carismáticos que ahuyentan las inversiones.
En una conferencia en Chile la semana pasada, escuché una frase que me dejó pensando: “América Latina ha sido el continente de la esperanza, y el continente de la frustración”. La frase, dicha por el expresidente chileno Sebastián Piñera, no podía ser más oportuna esta semana, en momentos en que gran parte de la región enfrenta una tormenta económica perfecta, y una nueva era de desencanto. Los países sudamericanos, que disfrutaron de una fiesta económica en los últimos años gracias a los altos precios mundiales de las exportaciones de materias primas, se encuentran de repente afectados por la desaceleración de China, la caída de los precios de las materias primas, una huida de los inversionistas de los mercados emergentes, y un dólar fuerte que hace que sus importaciones de productos manufacturados del primer mundo sean más caras. Para complicar aún más las cosas, Brasil, el motor económico de muchos de
Publicidad
Publicidad