Se volvió el gran barullo la presentación de la iniciativa de ley que, de ser aprobada en el Congreso de la República, se convertirá en ley que permite la lectura de la Biblia en todos los centros escolares. Y se sustenta la oposición en que Guatemala es un Estado laico y que se impondría una normativa en beneficio del 87 por ciento de la población en detrimento de las minorías que no tienen o son de otra religión, aparte de las predominantes en el país. Y ¿quiénes se oponen? Los humanistas que aquí con esta actitud niegan el valor de la persona por la persona misma, porque le están negando fortaleza espiritual. ¿Los defensores de la Constitución? Los mismos que en Estados Unidos lograron derribar monumentos a la Biblia e impidieron que fuera libro de lectura obligada en las escuelas. No se hace necesario viajar mucho para saber cómo está