Publicidad
Estoy cansado. Toda mi vida he sido torturado, cercenaron cada parte de mí, desde mis testículos hasta los anhelos de libertad. Ya no me queda más que intentar apaciguar el dolor en mi serenidad. Yo no entiendo, es que jamás les haría algo así. A nosotros, en cambio, siendo aún muy jóvenes nos separan de nuestras madres. Pasaron muchos años antes de que lograra conciliar el sueño sin escuchar los largos alaridos de la mía. Me han marcado a fuego vivo. No sé de sabores, como por comer, casi obligado. Me siento mareado, amanezco con náuseas; solo existo por el…
Publicidad
Publicidad