No es lo mismo verla venir, que bailar con ella
Ya el nuevo embajador del imperio envió señales de humo.
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Ya el nuevo embajador del imperio envió señales de humo.
Las primeras declaraciones públicas como exembajador del diplomático Arreaga, refieren a su arrepentimiento por no impedir la salida o mejor dicho el lanzamiento de la CICIG. Cabe hacer notar que se fue sin la consabida condecoración de la Orden del Quetzal. No hizo amigos durante su gestión, ni de un lado ni del otro, quedar bien con todos resultó en no ser apreciado por nadie. Acto seguido: las declaraciones del subsecretario Kozak con respecto a continuar la lucha contra la corrupción. Mensaje para nada subliminal. Claro y contundente, a pesar de venir del gobierno de Mr. Trump, al que algún sector de nuestra sociedad consideraba su aliado en la impunidad, habiendo confundido el interés estratégico de “convencer” a Guatemala de mover su embajada a Jerusalén con una alianza opuesta a la lucha contra la corrupción. Tercer acto: la inmediata presencia del recién confirmado embajador Popp y sus primeras acciones. Por
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