Me late que voy a focalizar por un tiempo en los monopolios, y es que estoy plenamente convencido de esa máxima de novelistas policíacos: ‘“Follow The Money”’, identificando a conseguidores y mercaderes que tienen postrada a la Guatemala de hoy, que urge de cambios estructurales profundos. Las horas aciagas que vivimos en las magistraturas y el Congreso, devienen de ese nefasto poder de monopolistas y acopiadores, que capturan marcas, patentes y sistemas productivos, para descremar la ganancia, patología ésta muy estudiada en otros ambientes y que se conoce técnicamente como ‘“atrincheramiento económico”’: Se construye con influencias la trinchera cual vulgar caleta para concentrar fortuna y poder, al punto de comprar las más altas magistraturas.
Si algo ha mostrado esta pandemia y el aislamiento social es la necesidad de notables mejoras en los servicios vinculados con la conectividad y es por ello que el Decreto 15-2020 motivó a un empuje masivo de voces y demandas alrededor de la clase política, para relajar y diferir cobros, al punto que los que primero pusieron el grito en el cielo fueron los potentados señorones que reinan en el Mercado Mayorista de Electricidad que se ha vuelto un cremoso negocio monopólico del medio: bien por ellos, pero bien valdría la pena indagar si no es a costa del consumidor y contribuyente, y para ello se necesita de verificación antitrust, antimonopolio, tan necesaria ya en Guatemala.
Y hoy queremos poner el foco en la ansiada revolución digital, la revolución de las bases de datos y la autopista de la información conocida como 5G. Según nota de ‘elPeriódico’ de Geldi Muñoz Palala, el Instituto George W. Bush se está planteando un ‘“plan digital para el Triángulo Norte”’. Incluso una reunión clave se publicitó en el medio la semana pasada en donde estuvo presente nada más y nada menos que el niño bonito de Mr. Trump para ocupar de una manera poco ortodoxa la más alta silla del BID. Nos referimos a Mauricio Claver Claron, asesor adjunto del presidente y director sénior del Consejo de Seguridad Nacional para asuntos del hemisferio occidental.
Como suele suceder en estos eventos es Fundesa una organización del sector privado la que anda promoviendo tales iniciativas, me imagino que junto a lo que queda del Pronacom. Y Fundesa claramente habla de un marco de gobernanza digital para la región, pero me pregunto yo cómo va a existir esa poesía pública en un país en donde los monopolios operan sin mayor control y los monopolios de la revolución digital absorben grandes porciones del dinero público y de los contribuyentes, dada la premura que tienen organizaciones como el IGSS o el propio Ministerio de Salud, de digitalizar sus servicios, sus archivos y pasar de la edad primitiva (de los kardex y el papel en abundancia) en que viven a la cuarta revolución industrial en unos pocos meses.
Experiencias de trabajo y toma de decisiones recientes de este escribiente han identificado aspectos muy problemáticos en el mundo de los mercados de estos productos, como es el caso de Oracle o SAP. El modelo de negocios de las representantes locales, que dicho sea de paso se han ganado la lotería con tal monopolio distribuidor, ha sido el de enrollar (comprar) su competencia y luego cobrar alquileres monopólicos y ello ha funcionado para ellos con grandes clientes como lo es el sector público guatemalteco en donde se trabaja por ejemplo con el Sistema Integrado de Administración Financiera –SIAF- Hablar que Oracle y SAP son un mercado, dicen los especialistas es como decir que Coca cola y Pepsi son un mercado abierto.
Para el logro de una gobernanza digital primero se necesita de dignidad de país, y Guatemala debe abrirse a los notables avances que se están implementando en América del Norte, Europa, Japón, pero especialmente en la China Continental. El país entonces necesita de manera urgente una renovada política exterior que le permita abrir el mercado internacional de la tecnología. Cabe subrayar que los países que abrieron sus relaciones con la China Continental son los que menos entuertos están teniendo tan sólo en este delicado campo de los kits para pruebas de hisopado y procesos PCR de detección del coronavirus.