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Este proceso electoral, más que ningún otro en el pasado, será recordado por el malicioso activismo judicial detrás del mismo. Aparentemente acudiremos en total libertad a escoger a quienes guiarán los destinos del país; sin embargo, como sostienen algunas corrientes políticas y jurídicas, no se puede hablar de libertad plena cuando opciones legítimas quedan restringidas por decisiones arbitrarias que no responden a la justa observancia de normas generales de aplicación universal, sino a interpretaciones antojadizas y casuísticas de confusa normativa. Libertad, como ausencia de coacción al momento de emitir el voto, está garantizada por el diseño descentralizado y participación directa de la ciudadana en la organización de la elección y conteo de los votos; libertad plena no habrá, en el sentido de escoger en ausencia de coacción dentro de la máxima gama opciones válidas posibles. Al final de cuentas, en el menú de opciones que tendremos delante de nosotros al momento de emitir el voto brillarán por su ausencia muchos candidatos que fueron víctimas de alevosos y flagrantes errores por parte de autoridades electorales y judiciales; asimismo, ese menú incluirá una larga lista de candidatos que carecen de requisitos mínimos para participar en cargos de elección popular.
A pesar de esto, está en nuestras manos corregir la desidia, negligencia y mala fe de autoridades electorales y judiciales que avalaron con sus decisiones la participación de centenares de candidatos que carecen de los méritos necesarios para aparecer en las papeletas. La sabiduría y el poder de la ciudadanía debe manifestarse en las urnas, rechazando con nuestro voto la manipulación de la justicia con fines electorales; no marcando el símbolo de ningún partido o candidato que haya sido favorecido por inicuos jueces y magistrados del fuero común y electoral. Corresponde a la ciudadanía demostrarle a los arquitectos y constructores de la cooptación del sistema de justicia y electoral su total rechazo a tales prácticas. No podemos quejarnos después de lo que suceda en Guatemala si con nuestro voto llevamos al poder a los orquestadores de esta siniestra confabulación.
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Persona bien vestida y muy cuidadosa de su aspecto.
Claude Bolling se encuentra con Jean-Pierre Rampal en este disco de swing moderno.
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