Quizás sería muy interesante iniciar un esfuerzo colectivo para hacer sugerencias de lecturas a todo aspirante a ejercer cargos públicos. Más aún, desarrollar una iniciativa para crear una biblioteca de filosofía política, por ejemplo, en cada plaza o parque central de cabeceras municipales o departamentales, y ¡comprometer un voto por cada libro leído! (sí y solo sí, el postulante, por supuesto, aprobara una comprobación rigurosa de lectura). Sería fascinante conocer cómo estaría integrada esta colección. ¿Usted qué libro le recomendaría a algún candidato o candidata a la Presidencia de la República? ¿O qué autores tendría en mente, como referentes sobre cultura democrática y ciudadana, para ofrecerle la colección completa de sus obras, a un candidato a diputado o a una aspirante a alcaldesa? Yo, por ejemplo, pienso en Norberto Bobbio como un autor cuya obra podría considerar altamente recomendable para integrar nuestra biblioteca imaginaria. Entre su vasta obra, hay