Muchos telones se abren sistemáticamente para mostrar nuestras penurias: unos, batallando para proteger su transfuguismo; millones fuera de la escuela; severa amenaza de sequía que aumentaría todavía más el hambre; el retroceso a una tierra de nadie engarrotada por la corrupción; el aumento de extorsiones; hegemonías y racismo, individualismo voraz. El daño que estas obras, jugando al unísono, le hace a la sicología social, es inmenso. Estamos enfermos, sin duda, y debemos inventar la cura (un tema de salud pública). La nueva política consiste justamente en aplicar nuevas formas. En derrotar un servicio civil muchas veces pervertido políticamente, sujeto a la corrupción y resultado de malas prácticas cuyas consecuencias lamentamos día a día. Se evidencian también los grandes vacíos donde el mérito y la capacidad, en buena medida, no valen nada. La cultura política clientelar es premiada. Hace “guetos”. Recicla el amiguismo, el nepotismo. Y lo peor es que hay