20 poemas de sol y de montaña
La poesía es fuego, quema dentro de uno y dentro del otro. Si no, será cualquier cosa, no poesía.
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La poesía es fuego, quema dentro de uno y dentro del otro. Si no, será cualquier cosa, no poesía.
El poeta de la luna se fue a su luna. Deja un rastro de estrellas que son palabras. Humberto Ak’abal estaba hecho de tierra, de sol y de conciencia. Gracias, hermano, por pensarnos el mundo desde tu mundo; por enseñar cómo se siente la ternura; por llorar la historia y mantener alerta la memoria; por contarnos cuando la luna se sentaba sobre tu suelo; por llevarnos de la mano hasta la sombra de tu montaña; por pintar de verde el canto de los pájaros; por reivindicar a las mariposas; por trascender los árboles y plasmar el dolor de tantos en la síntesis de tu pluma: 1. Las hojas de los árboles tiñen la voz. / Por eso el canto de los pájaros es verde. 2. Estos versos tristes / vagan solos en esta página, / ella no está / y yo estoy ausente. 3. Quisiera dejarte mi corazón así
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