Un regreso a clases insípido
En un futuro no muy lejano estarán buscando empleos para los cuales no están preparados. En su desesperación migrarán o, en el peor de los casos, delinquirán.
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En un futuro no muy lejano estarán buscando empleos para los cuales no están preparados. En su desesperación migrarán o, en el peor de los casos, delinquirán.
Esta semana inició oficialmente el ciclo escolar 2019. Este regreso será igual de amargo que años pasados, así lo demuestra la evaluación Pisa-D. Sus resultados reafirman lo que ya nos han dicho las pruebas nacionales: la calidad del platillo educativo que estamos sirviendo es deficiente. No descalifico ni desprecio el esfuerzo de los cocineros, pero la actual receta produce un plato desabrido y falto de nutrientes. Pisa-D es una evaluación internacional cuyo objetivo es medir la capacidad de los estudiantes para resolver problemas de la vida real, aplicando sus conocimientos en lectura, matemática y ciencias. En otras palabras, Pisa-D ayuda a conocer qué saben y qué saben hacer los jóvenes dentro y fuera del contexto escolar antes de ingresar al mundo laboral. En Guatemala fue evaluada una muestra representativa de 5 mil 100 estudiantes. Lamentablemente el promedio guatemalteco está muy por debajo del promedio regional el cual, de por sí,
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