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Un fin de semana, o para ser más exactos 25 horas duró el “merequetengue” de la retención del investigador de la CICIG en el aeropuerto La Aurora. Para muchos el tiempo parecía detenerse como si Guatemala se jugaba su futuro ante un posible golpe si el investigador no se le permitía ingresar. Para otros su llegada representaba una amenaza a la soberanía nacional, llamaba la atención que un ruso y una cubana se encontraban entre los más indignados de la “amenaza extranjera”. Los canales de televisión no informaban mayor cosa y las redes sociales rayaban en lo apocalíptico mientras que las autoridades de gobierno, así como los precandidatos y candidatos presidenciales brillaban por su ausencia. Al final el investigador entró y la gran mayoría de guatemaltecos seguimos con nuestra rutina diaria. Pasó otro fin de semana más y con el mismo el análisis de la coyuntura nacional, esa de la
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