No es por vieja, es porque es la peor política
Desde el poder Ejecutivo más parece que hay una competencia para ver quién destruye mejor y más rápido cualquier avance institucional que se haya registrado.
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Desde el poder Ejecutivo más parece que hay una competencia para ver quién destruye mejor y más rápido cualquier avance institucional que se haya registrado.
Antes de velar por si el próximo evento electoral no volvemos a caer de ingenuos eligiendo siempre a quien más daño le puede hacer al país, deberíamos estar ocupados en detener la embestida que desenfrenadamente la llamada vieja política que no es otra cosa que la peor política o lo peor de la política, está llevando a cabo, desmantelando los mínimos avances logrados en las últimas dos décadas. Desde el Congreso, se siguen promoviendo iniciativas descabelladas que por inconstitucionales y mal hechas no han logrado cuajar, pero hablan de las ganas que tienen muchos diputados de tomarse la revancha en contra de todo lo que huela a lucha contra la corrupción e impunidad. La vieja política no quiere solo regresar a las condiciones previas al 2015 cuando los actos de corrupción eran medallas de ascenso para escalar políticamente, ahora quieren combinar esa impunidad creando condiciones autoritarias para acallar cualquier
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