Migrar: la única salida
La corrupción destruye el hogar de millones de centroamericanos.
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La corrupción destruye el hogar de millones de centroamericanos.
La caravana compuesta por miles de hondureños que viajan juntos, a pie, para llegar hasta una lejana frontera en Estados Unidos, es la más elocuente manifestación ciudadana en contra de los regímenes que se han lucido en una sola cosa: haber sido capaces de instalar la corrupción como la única razón de ser del Estado.
Cuando a un migrante hondureño le hablaron del Plan Alianza para la Prosperidad, dijo con desprecio: nunca le veremos la cara a esa ayuda. Se quedará en las manos de los gobernantes. Hablaba del centro del problema: un sistema corrupto, donde la alianza real está entre un poder económico que opera sin trabas y sin ninguna visión de país, con políticos corruptos que no tienen problema en atravesar la frontera de la legalidad para cometer transgresiones delictivas que inician con financiamientos electorales ilícitos. De allí para adelante, la creatividad de la corrupción es infinita.
Este es un esquema fallido. Seguirlo reproduciendo no nos llevará a la ansiada prosperidad, ni resolverá el problema que tiene el presidente Trump con la migración. De hecho, la migración amenaza con volverse exponencial en la medida en que vemos arreciar las acciones fascistas de los dirigentes centroamericanos que, azuzados por la imagen anti-democrática del propio Trump y el apoyo, sin límites que brinda a quien le hinca la rodilla. Todo lo que tienen que hacer los poco preparados presidentes del Triángulo Norte es confesarse cristianos y ungidos por el Señor. Hacer suya la agenda de los religiosos conservadores, para lograr hablarle al oído al actual establishment de Washington. A partir de allí, se aseguran que no habrá “injerencia” para todos sus desmanes. Pueden transgredir las leyes, las órdenes judiciales, todo límite institucional y humano. Su valentía nace del apoyo irrestricto de un Estados Unidos que también parece divorciado del respeto a la institucionalidad.
El presidente Trump no puede tener ambas cosas: estados corruptos y centroamericanos que quieran vivir en Centroamérica. La única salida para iniciar un largo proceso hacia la prosperidad, será la exigencia de respeto a los procesos de transformación que nacen de la ciudadanía. Empezar por apoyar el inédito Estado de derecho, donde los funcionarios están obligados a rendir cuentas. A partir de allí, urge negociar nuevos pactos sociales que permitan la inclusión de las grandes mayorías excluidas. Apostarle a una verdadera democracia que sirva a la gente y no a los grandes capitales. Mientras esto no suceda, mientras los corruptos depredadores de su pueblo continúen en control, bajo el amparo de Washington que los arropa, lo único que se puede esperar es que los flujos migratorios se conviertan en tragedias humanitarias.
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“Que tu vida se convierta en un jardín de oportunidades para ser feliz” (Papa Francisco)
La FGR concluyó que el militar en retiro “nunca tuvo encuentro alguno con los integrantes de la organización delictiva investigada por las autoridades norteamericanas”.
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