La publicidad engañosa y devastadora
Con la edad moderna empezaron a crecer los anuncios y con la contemporánea se volvieron gigantescos y luminosos.
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Con la edad moderna empezaron a crecer los anuncios y con la contemporánea se volvieron gigantescos y luminosos.
Ni en enciclopedias, diccionarios, ni tampoco en Internet, se encuentra algo sobre el origen de la publicidad que comenzó siendo discreta y honesta, para transformarse con los años en una propaganda desmedida y desorbitada del consumismo. Fue un sacerdote amigo quien sugirió que la primera señal de publicidad que apareció en el firmamento fue la estrella que asomándose por el Oriente anunció y guio a los Reyes Magos: Gaspar, Melchor y Baltasar, quienes siguiendo a paso de camello al lucero de la tarde –que no es otro que el planeta Venus– hasta el portal de Belén en donde María había traído al mundo a Jesús, el hombre justiciero y valiente defensor de los pobres y desposeídos.
Aparecieron con la edad Antigua los fenicios quienes a bordo de sus naves se dedicaron a comerciar por el Mediterráneo, inaugurando así la propaganda y la publicidad de sus mercancías. Europa, Asia, Oceanía y nuestra América Indiana se fueron poblando de anuncios, carteles, pancartas y pendones que anunciaban objetos, instrumentos, vehículos, comestibles, bebidas y un montón de cosas inútiles e innecesarias.
Escritos en cartón con pintura y con yeso en pizarras, aparecieron en puertas, ventanas y postes los humildes y discretos anuncios: Hoy, delicioso fresco de súchiles…tortillas a mano hechas en comal…saboree la mejor cerveza…viaje feliz en compañía de un cigarrillo…panes con chile relleno, pase adelante… se vende auténtico carbón… se reparan zapatos…se remallan medias.
Con la edad moderna empezaron a crecer los anuncios y con la contemporánea se volvieron gigantescos y luminosos; depredando bosques, ocultando el cielo, contaminando el ambiente, solo por incitar a la gente a comprar lo innecesario y a votar por los inútiles.
Las vallas, violando a la naturaleza y arrasando con todo, han invadido carreteras, calles y laderas; anunciando ropa, cosméticos, gaseosas, licores, medicinas inútiles, cirugías embellecedoras, vehículos más veloces que el sonido, armas de fuego de calibre prohibido, comida chatarra destilando colesterol además de presidenciables que proclaman la justicia, la seguridad, el bienestar y la falsedad; todo en favor del consumismo, el mercantilismo y el neoliberalismo.
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Mario Alfredo Hurtarte Ramírez, de 35 años de edad, alias “Cantinflas” fue detenido en el Aeropuerto la Aurora.
Diez de las detenidas son mujeres, entre ellas dos son extranjeras.
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