Degradación en cadena
Lo más lamentable es la deshumanización presente en los rostros caricaturescos y discursos del presidente Morales, del vicepresidente Cabrera y de otros funcionarios obligados a dar la cara.
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Lo más lamentable es la deshumanización presente en los rostros caricaturescos y discursos del presidente Morales, del vicepresidente Cabrera y de otros funcionarios obligados a dar la cara.
A tono de la mayor parte de acciones promovidas por el gobierno central, el manejo de la crisis suscitada por la reciente erupción del volcán de Fuego, ha sido oprobioso, vergonzoso en extremo. No solo se trata del profundo vacío institucional, la ausencia de autoridad, la extrema descoordinación o las ansias de protagonismo. Lo más lamentable es la deshumanización presente en los rostros caricaturescos y discursos del presidente Morales, del vicepresidente Cabrera y de otros funcionarios obligados a dar la cara. Su distanciamiento frente a lo ocurrido es lamentable y doloroso. Nos dice a la sociedad que nada les importa; que no hay tragedia que los conmueva y los obligue a salir de sus trincheras. Por mucho que sabemos, anticipadamente, que estamos ante el gobierno “nada me importa”, igual se produce una nueva decepción, una reiterada ocasión para actuar que se tira por la borda. La presencia masiva de voluntariado
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