Un ejemplo más, mujeres de Atenco
Hay que acabar con la figura de los “intocables”, de los que se sienten todopoderosos.
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Hay que acabar con la figura de los “intocables”, de los que se sienten todopoderosos.
Fue superlativo el cinismo de los representantes del Estado mexicano mostrado en la Audiencia Pública de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, realizada en Costa Rica este 16 y 17 de noviembre, por el caso Atenco. En contraste, fuerza y valentía demostraron las cinco sobrevivientes que presentaron sus testimonios por haber sido torturadas sexualmente por policías, quienes les rasgaron su ropa, las golpearon, las pellizcaron, las penetraron, se burlaron de ellas, las insultaron, las humillaron… Las 11 mujeres que siguen la demanda ante ese organismo internacional piden se conozca la verdad, se castigue a los culpables materiales e intelectuales, que el Estado mexicano no solo reconozca que sus agentes incurrieron en uso excesivo de la fuerza, sino que cometieron tortura sexual (no tortura por omisión ni encubrimiento por tortura): que se disculpe. Como resultado de un operativo policiaco en el que participaron más de 2 mil 500 agentes locales y
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