Nuestros caciques marrones
“La presencia de esos circuitos de poder se repite en el centro de la vida política nacional comenzando con el Congreso”. (Guillermo O’Donnell)
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“La presencia de esos circuitos de poder se repite en el centro de la vida política nacional comenzando con el Congreso”. (Guillermo O’Donnell)
¿Qué tienen en común La Patrona, el actual alcalde de Las Cruces, la Caja de Pandora, el clan de Chinautla y la reciente captura del Concejal Primero de la Muni zacapaneca; la captura del diputado Kestler y su relevo por la socia/esposa; así como el reciente estreno de CICIG en el Occidente capturando exalcaldes de Huehuetenango y Totonicapán? Tales personajes son un síntoma de las patologías de las democracias latinoamericanas, llevadas a su máximo estado esquizofrénico en el medio; tema este muy bien estudiado por el politólogo argentino Guillermo O’Donnell, preocupado por la difícil transición del autoritarismo a estas fachadas de democracia, en donde se observa la presencia de las llamadas zonas marrones. Se trata de territorios enteros en donde no es efectiva la legalidad del Estado, y en donde persisten regímenes autoritarios subnacionales, cuyos actores protagonistas funcionan sobre la base del prebendalismo, el clientelismo, el amiguismo y demás desviaciones.
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