Construyendo un país disfuncional
El vicio de habitar una montaña de mentiras no permite sanar.
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El vicio de habitar una montaña de mentiras no permite sanar.
Las familias y los países disfuncionales tienen en común una cosa: su resistencia a aceptar la verdad que subyace a sus problemas. Harán todo lo posible para eludir el doloroso momento de afrontar la verdad porque implica una cosa a la cual temen profundamente: el cambio. En fechas recientes Fundesa le hizo una afrenta a la lucha contra la corrupción: simbólicamente condonó al Presidente de la República de las serias acusaciones que lo empañan, invistiéndolo de una legitimidad que la población ya no le reconoce (basta revistar un día cualquiera las redes sociales). ¿Creen realmente los personeros de Fundesa que el Presidente Morales es el indicado para liderar la transformación del Estado? Lo único que ha liderado es un berrinche oficial contra los hechos (aparte de un Gobierno nulo en ejecutorias). Fuera de esa burbuja, la gente se ríe y se burla. El sector privado se disparó en el pie.
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