El segundo punto de quiebre
Y el folclor “roxaniano”.
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Y el folclor “roxaniano”.
La corrupción compleja, asociada estrechamente a la expansión de redes criminales, nos llevó en 2015 a la antesala del Estado fallido o, si se quiere ver desde otro ángulo, a la víspera de una reconfiguración cooptada del Estado que el entonces cuasi presidente, Manuel Baldizón, traía bajo el brazo. Ese proyecto político quedó desbaratado por la arremetida del MP y la CICIG a partir de abril de ese año. Casi toda Guatemala estuvo feliz y, más, al final de 2015, tras unas elecciones generales muy concurridas y cuyos resultados presidenciales alteraron los pronósticos, aunque el Congreso de entonces (como el de ahora) fue renuente a las reformas. Sin desmayar, los fiscales del MP y la CICIG profundizaron su trabajo durante los siguientes dos años, y los factores se alteraron. Entre ciertas elites la lucha contra la corrupción ya no entusiasma. Se convirtió en un prolongado temblor, que en ciertas zonas
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