¿Quién manda a quién?
Ya no se respeta a los funcionarios públicos, convertidos en mandaderos bajo sueldo.
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Ya no se respeta a los funcionarios públicos, convertidos en mandaderos bajo sueldo.
Las autoridades políticas son elegidas democráticamente por los ciudadanos para dirigir con privilegios a la nación, y no como “empleados” con muchos jefes, mangoneados caprichosamente por las diferentes fuerzas sociales o individuos, sino como representantes auténticos del conjunto. A ellos se les confiere el poder de hacer y tomar decisiones por el resto durante un determinado período de tiempo. Sabiendo que las decisiones que se tomen beneficiarán a la mayoría, aunque perjudiquen a unos cuantos.
El encarcelamiento de la dupla corrupta del PP distorsionó todo el sentido de la autoridad, porque ahora ya no se respeta a los funcionarios públicos, convertidos en mandaderos bajo sueldo que deben obedecer o reciben palo de parte de los inconformes. Cada uno quiere imponer su criterio, creyendo que ganará quien grite más fuerte, y por eso obstaculizan el tráfico y exigen obediencia a ciegas. Los árbitros salomónicos estarán sufriendo metidos voluntariamente en la empresa y, tratando de calmar los ánimos, porque lo que no es bueno para unos sí lo es para otros, y cada uno tira para su lado. Es entendible que no le guste a nadie que circulen carros frente a su casa, pero tampoco se le puede impedir el paso a los demás. La opción es intercambiar con quien sí le conviene ese punto, y moverse a otro sitio. Adaptarse, es la única oportunidad.
Pero no sucede así, porque unos no quieren algo, y otros actúan igual por lo opuesto. La conflictividad continúa aumentando peligrosamente. El país se llenó de la creencia que el Gobierno tiene que pedir permiso para todo, y los proyectos económicos se congelan.
Da tristeza ver a vecinos oponiéndose a la construcción de un centro educativo en la zona 21. En el departamento de Santa Rosa está detenida temporalmente una empresa extractiva porque algunos vecinos de otros municipios opinan que no se les preguntó. Los antigüeños, mis paisanos, impidieron el paso de la energía eléctrica por los cerros. Hay una carretera interrumpida por acá y otra por allá. No se puede hacer nada de beneficio nacional, porque ahora basta ladrar para que se detenga el avance. Somos un país pequeñito, que ya no puede fraccionarse más. El espíritu separatista es tan fuerte, que corremos el riesgo de extinguirnos como nación.
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El español Joan Barreda (Honda) se impuso en la sexta etapa del Dakar en motos, entre Qaisumah y Haïl, en Arabia Saudita, mientras que el argentino Kevin Benavides cedió el liderato de la general al australiano Toby Price.
Jose Rubén Zamora
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