Temblores en Casillas
Candidatos de pueblo y sacerdotes católicos vestidos de zopilote, se aparecieron a motivar la minúscula protesta, animando la violencia, condenando a Cristo: “¡Crucifíquenlo, crucifíquenlo!”.
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Candidatos de pueblo y sacerdotes católicos vestidos de zopilote, se aparecieron a motivar la minúscula protesta, animando la violencia, condenando a Cristo: “¡Crucifíquenlo, crucifíquenlo!”.
La corrupción de las instituciones morales salta a la vista cuando atacan a sus contrarios engañando, manipulando a la población ingenua. Hace algunos días se sintieron varios temblores de tierra en la aldea de Casillas, Santa Rosa, de esos que ocurren porque en Guatemala tiembla, pero un grupo organizado acusó a una empresa extractiva que queda en el municipio vecino de ser la causante. Regaron la bola, inventaron que debajo de Casillas pasa un túnel, y un poco de desocupados iniciaron un bloqueo “pacífico”, aunque principiaron arrebatándole a punta de pistola el camión cargado de materiales de construcción a un pobre chofer que regresó a su casa en camioneta. El vehículo fue atravesado en la carretera para manifestar en contra de los temblores. ¿No les parece realismo mágico?
Las autoridades llegaron a mediar, explicaron a la gente que los temblores son un asunto geológico, pero no entendieron. Así es como funcionan los linchamientos, castigando a otros porque sí, y como se arruina la reputación de las personas. Pero lo increíble es que basta que exista la tribuna con cámaras para que aparezcan los fariseos, los políticos de siempre a pedir algo para ellos, buscando hacerse notorios, jurando que están con el pueblo y exigiendo lo imposible, que se acaben los temblores y se castigue a la empresa elegida culpable. Candidatos de pueblo y sacerdotes católicos vestidos de zopilote, se aparecieron a motivar la minúscula protesta, animando la violencia, condenando a Cristo: “¡Crucifíquenlo, crucifíquenlo!”, a cambio de Barrabás. Por tales actitudes ha perdido la Iglesia su relevancia colectiva, porque cambió el mensaje de paz por el rencor. Y las organizaciones sociales, integradas por gente supuestamente educada, universitarios, enemigos de la extracción mineral, no tardaron en llegar a alentar la ignorancia de la gente de Casillas y sembrando la presencia de profesionales en agitación social. ¿Es esa la nueva moral? ¿Destruyamos, engañando?
Somos un país que se mueve, porque aquí la tierra tiembla. Cuando un terremoto se sucede, los ciudadanos actuamos solidarios, unidos, nos apoyamos, aunque en tiempo normal seamos tan distantes. Alguna vez escuché que cada cuarenta años nos sacude un terremoto, y el último catastrófico que afectó el centro del país fue en 1976. Es decir, el temblor de esta semana fue una sacudida violenta que avisa, así que para la próxima protejámonos, porque culpables no hay ni modo de detener los sismos.
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Siempre agradecer, aportar y ver las grandes oportunidades y bendiciones que tenemos en nuestra vida para este nuevo año 2021…
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