Cultura para el bienestar
Los problemas estructurales no se resuelven con violencia y represión, sino con justicia social.
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Los problemas estructurales no se resuelven con violencia y represión, sino con justicia social.
A finales de los años ochenta ya soplaban vientos de cambio en Guatemala. Después de lustros de sanguinarias dictaduras militares, había un gobierno civil. Eso abrió las puertas a un movimiento cultural que, como caudal en invierno, fue agarrando más fuerza y vigor. Tantos años de censura y violencia acumularon la avidez por saber, el deseo de libertad.
La Librería del Pensativo, fundada hace treinta años, fue, junto con proyectos culturales como Galería Imaginaria, un espacio de encuentros y posibilidades. Leer libros que habían sido prohibidos, conocer nuevos autores, entrar en contacto con el feminismo y otras corrientes de pensamiento crítico era un derecho al que no se había renunciado.
Hoy que podemos ver hacia atrás y hacer un balance, consideramos que valió la pena el esfuerzo y constatamos que la semilla fructificó. No solo entre las niñas y patojos que fueron creciendo con buenas lecturas, sino en la reparación colectiva que se ha hecho del tejido destruido por la guerra.
Trabajar por la cultura y la educación en un entorno hostil a veces decepciona y dan ganas de tirar la toalla. El amor al arte nos empuja a resistir, aun a costo de tener pérdidas. Así nos pasa a quienes creemos en la posibilidad de vivir en un mundo mejor. Creo firmemente que solo erradicando las opresiones, sustituyéndolas por justicia, podemos alcanzar la vida plena. Este convencimiento es como la terquedad del chocón, que crece hasta entre las piedras.
Un incendio de origen incierto devoró la librería en 2010. No obstante, seguimos funcionando como casa editora y cultural. Y aunque cuesta mucho que el público se acerque a expresiones que cuestionan verdades únicas, este fin de semana celebramos un ciclo de las Jornadas por la Memoria en homenaje al escritor desaparecido por el ejército, Luis de Lión, originario de San Juan del Obispo, abriendo la Casa Pensativa para ofrecer libros, conferencias, música y entretenimiento familiar.
La Antigua es mucho más que un objeto de explotación inmobiliaria y turística. Es un territorio pródigo, de larga historia, integrado por varias aldeas habitadas por personas que desean vivir dignamente. Ante la presencia amenazadora de la empresa Trecsa que implica la tala de árboles y la instalación de torres de electricidad en los cerros, personas individuales y organizaciones sociales, rechazamos dicho proyecto por considerarlo lesivo para el futuro de la región. El cuidado de los ecosistemas, de las fuentes de agua, de las comunidades, es prioritario y mil veces más necesario para la continuidad de la vida.
En vez de destruir la naturaleza y despojar a los pueblos de sus tierras ancestrales con este modelo de desarrollo, deberían construir y financiar escuelas, casas de la cultura, bibliotecas, teatros y reservas naturales de acceso para las mayorías. Que el arte salga a las calles, que todas las personas lo puedan disfrutar, eso sí genera bienestar. Y con ello, seguridad.
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Once inspectores y subinspectores, así como 150 agentes figuran entre los señalados.
Este país oveja.
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