El lunes de la semana pasada, en el pabellón Manchester Arena, localizado en la ciudad de Manchester, Inglaterra, un atentado terrorista, perpetrado por un suicida fanático, cobró la vida de 22 personas (entre ellas niños) y otras 116 resultaron heridas.

Esto ocurrió dos meses después de que en Londres, Inglaterra, un individuo, a bordo de un vehículo automotor, embistiera intencionadamente a un grupo de personas en el puente de Westminster, a inmediaciones del Parlamento, y apuñalara a un policía. El saldo trágico de este evento criminal arrojó cuatro muertos y 40 heridos. Daesh (ISIS) se atribuyó la autoría de ambos ataques criminales.

El pasado viernes, otro atentado terrorista dejó un saldo de 28 muertos y 20 heridos en Egipto. El ataque, que ya se atribuyó Daesh (ISIS), se produjo cerca de un pueblo de la provincia de Minia, a unos 300 kilómetros al sur de El Cairo, capital de Egipto, cuando un autobús que transportaba un grupo de fieles coptos (cristianos) fue balaceado en una emboscada.

El mismo viernes pasado, el régimen egipcio, en represalia por el ataque perpetrado contra los coptos, la Fuerza Aérea egipcia bombardeó un presunto campo de entrenamiento yihadista cerca de la localidad de Derna, al este de Libia. No se tiene información sobre el número de fallecidos y heridos.

Cabe recordar que el Domingo de Ramos (9 de abril de este año) un individuo suicida provocó una explosión en la iglesia copta (cristiana) denominada Mar Guergues en la localidad egipcia de Tanta, que mató a 27 personas que estaban en misa. Dos horas después, una segunda explosión se registró en la iglesia copta (cristiana) llamada San Marcos en Alejandría, Egipto, dejando 18 muertos. Daesh (ISIS) reivindicó ambos atentados terroristas, cuyo saldo trágico es de 45 muertos y, por lo menos, 120 heridos.

Al día viernes de la semana pasada, se habían registrado 57 manifestantes muertos en Venezuela, en el marco de las protestas que han venido ocurriendo durante los meses abril y mayo de este año, como consecuencia de la brutal represión del régimen de Nicolás Maduro, de corte populista totalitario, contra los cientos

de miles de manifestantes que diariamente se oponen a la dictadura chavista, demandan el respeto a las decisiones de la Asamblea Nacional, exigen elecciones anticipadas y protestan contra el grave y continuo desabastecimiento de alimentos y medicinas, que ya se asume como una verdadera catástrofe humanitaria.

En la reciente visita que el presidente de los EE. UU., Donald Trump, hizo la semana pasada al papa Francisco, en el Vaticano, se intercambiaron entre funcionarios de ambos Estados impresiones sobre “la promoción de la paz a través de la negociación política y del diálogo interreligioso, especialmente en Oriente Medio y respecto a la situación de las comunidades cristianas”. Ojalá que estos buenos propósitos se consigan y que se alivien y superen las graves tensiones políticas y bélicas en el mundo entero.

Mientras tanto pedimos a Dios por las víctimas de la espiral de violencia fratricida y porque se apiade de los que sufren debido a la intolerancia, la irracionalidad, el fanatismo, la intransigencia, la confrontación y la guerra.