Juventud y cambio societal
Comprender el poder y la dominación, transformarlos para el bien común.
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Comprender el poder y la dominación, transformarlos para el bien común.
La realidad sociopolítica de Guatemala está sobre diagnosticada, las problemáticas históricas están claramente definidas y a pesar de que afectan a las grandes mayorías (el 45 por ciento de la PEA la conforman los jóvenes) las esperanzas de una transformación en el Estado en el corto plazo son ínfimas.
Las ambigüedades se centran en el instrumento político de la subalternidad, la base sociocomunitaria legitimadora, el sujeto transformacional, la articulación entre movimientos y colectivos; entre otras cuestiones que no terminan de cuajar para constituir el bloque contrahegemónico, ese que en un primer momento debe ser de carácter reformista-institucional, que pueda allanar las condiciones para que en una segunda fase se radicalicen posiciones, temas y sea más agresiva la acción política colectiva.
La juventud urbana, clase mediera, ladino/mestiza y universitaria es un sujeto político al que debemos de interpelarlo desde la dialéctica estructura-coyuntura. Así como algunas camarillas de jóvenes fueron importantes en la Primavera Democrática, guerrilla, “transición democrática” y firma de los Acuerdos de Paz; también otras facciones han apoyado el enquistamiento del Estado oligárquico-narcomilitar.
En las movilizaciones de 2015, la juventud jugó un papel relevante –no determinante–, mostró preocupación por los efectos de la corrupción, perdió el miedo a manifestar y creó lazos de confianza con otros sujetos, y las redes sociales fueron una herramienta clave para influir en la opinión pública y ejercer ciudadanía.
Empero, existen talones de Aquiles en la juventud no menores. Verbigracia, hay una deficitaria formación política y filosófica (ética, justicia y solidaridad como pilastras), la consistencia ideológica y conciencia histórica están en construcción (incluyéndome como chavorruco), existe una identidad condicionada por el consumismo, hay una incipiente investigación aplicada sobre temas torales para democratizar el conocimiento y empoderar a los actores sociales con la finalidad de hacer propuestas técnicas en la esfera pública (anclas que tienen capturado el Estado), y los mecanismos de incidencia política carecen de estrategia articulada entre los movimientos populares de larga data y los colectivos emergentes.
Por ende, la juventud debe fortalecer su organicidad e inclusividad, construir pensamiento crítico, mejorar su planeación estratégica y comunicación alternativa/participatoria, y sobre todo trascender las egolatrías inter-grupúsculos en aras del cambio societal.
framont@gmail.com
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