¿Reforma educativa?
Al margen de los pueblos.
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Al margen de los pueblos.
Nadie puede ser tan insensato como para oponerse a que los jóvenes asistan a la universidad para formarse como maestros. Pero los argumentos simplificadores no ayudan. Los parches menos. Y medidas improvisadas rara vez terminan bien.
La supuesta “reforma educativa” del gobierno anterior no midió pasos ni contempló estrategias de fondo. No dialogó. La implementación del nuevo modelo de la carrera magisterial conllevó a la eliminación de las Escuelas Normales de Primaria Bilingües Interculturales y su sustitución por los Bachilleratos en Ciencias y Letras con orientación en Educación, en Educación Musical y Educación Física. Esto representa un retroceso de los derechos adquiridos por los pueblos indígenas, porque la educación bilingüe intercultural es una conquista fundamental en la historia de la educación pública guatemalteca.
¡Sin pertinencia no hay calidad!
Se insiste en plantear soluciones hegemónicas a necesidades diversas. No es posible seguir implementando acciones al margen de los pueblos. Es más, el país requiere de maestros preparados, los mejores, para educar en regiones desde la lengua, la cultura y el pensamiento de la niñez y juventud. Negar esto es insistir en inventar un país homogéneo cuando lo que tenemos es un país plural.
Además, la implementación de estas medidas se hizo sin entender las condiciones económicas de la mayoría de jóvenes. Muchos, muchos quedaron fuera. Acceder a la universidad requiere de recursos con los que no todos cuentan (transporte, libros, etcétera). Entonces, la educación se convierte nuevamente en una herramienta de discriminación. Como si fuera poco, es sabido que la Usac no tiene infraestructura suficiente para garantizar acceso de las comunidades más lejanas, esas que no conocen al Estado.
El país necesita de una reforma integral, que tome en cuenta los hechos y no los “sueños” de unos cuantos. Para salir del limbo en donde estamos, urge una estrategia de cobertura, medidas intermedias que contemplen la realidad tal cual.
La educación pública es política. Por el simple hecho que desde ahí se hace realidad el proyecto de país que queremos. Porque desde ahí se forman personas libres y ciudadanas. Dejar fuera a muchos jóvenes, en su mayoría indígenas, no hace más que ratificar que las estructuras del racismo siguen vigentes.
Hoy se tiene la gran oportunidad de recomponer lo que el gobierno anterior descompuso. Con creatividad. Hay alternativas. Pasos. Porque la educación no es favor ni caridad, ¡es un derecho! Es asunto de dignidad.
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Los parlamentarios también buscan que las vacunas sean gratuitas para la población.
La Premier League anunció un total de 36 positivos al covid-19 tras los test realizados la semana pasada, lo que supone un ligero descenso con respecto a los infectados en los siete días anteriores.
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