Derrotar las ausencias de la pobreza
Presidenciables y desarrollo.
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Presidenciables y desarrollo.
Es de conocimiento general, que la humanidad tiene una nueva tabla de contenidos, cuyas pretensiones más evidentes se cifran en salvar al planeta, garantizar la propia sobrevivencia y conseguir niveles de vida “más llevaderos” para la mitad de la población mundial que agoniza en la pobreza y el hambre; para avanzar en aquello es indispensable, dice la agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible: erradicar de la faz de la tierra: hambre, pobreza, analfabetismo y muchas prescripciones más. Todas loables. Es decir en 15 años este mundo –Guatemala incluida– será diferente. Corresponde ahora llevar los ODS al centro de la política pública y dotarle de presupuesto. El escepticismo chapín es evidente. El Estado nacional tiene malos antecedentes, –históricamente– ha suscrito convenios con la deliberada intención de no cumplirlos. Basta con citar los Tratados Internacionales de Derechos Humanos o los propios Acuerdos de Paz para certificar nuestro indubitable incumplimiento, incluso,
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