Los presupuestos nacionales y la responsabilidad de los gobernantes
¿Estamos dispuestos a cumplir cada uno con su parte?
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¿Estamos dispuestos a cumplir cada uno con su parte?
En esto de la hacienda pública no hay recetas; pero, sí suficiente evidencia que el endeudamiento per se no es malo y que no todo déficit es dañino. Países que se endeudaron para construir infraestructuras, hospitales y centros de enseñanza lograron incrementos significativos en la productividad que les permitió repagar los préstamos, disminuir la deuda y hacerla sostenible en el tiempo. Pero, también los hay que crecieron con base a deuda y no pudieron cumplir sus obligaciones. Los latinoamericanos en carne propia sufrimos la crisis de la deuda en los años ochenta con procesos devaluatorios, altas tasas de interés e inflación desmedida que desembocó en una virtual paralización de la actividad económica por más de una década. Si algo aprendimos de esa dura lección es que los desequilibrios fiscales no deben financiarse con recursos de la banca central y que el excesivo endeudamiento es malo. Los países en vías de
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