Simple y esmerado
Descubriendo los placeres de la cocina compartida.
Publicidad
Descubriendo los placeres de la cocina compartida.
En pasadas columnas he escrito acerca de los favores que llenan el movimiento que lidera, desde Portland, Nathan Williams. Junto a Georgia Frances King editan la revista trimestral Kinfolk, que se dedica a avanzar un estilo de vida centrado en la práctica de tomarse el tiempo necesario para disfrutar, con profundidad, de las cosas cotidianas como tiempos de comida, lecturas, paseos, etcétera. En otras partes del mundo surgen propuestas parecidas como Sunday Suppers, un esfuerzo de Karen Mordechai, quien desde Williamsburg en Brooklyn, N.Y. avanza un estilo de vida centrado en comidas (simples pero esmeradas) y las personas con quien uno las acompaña. Ayer, aprovechando que Adriana, mi hija de siete años, y yo podríamos tener mucho tiempo a solas, decidí introducirla a esa forma de vida. Nos levantamos temprano y escogimos recetas del primer libro que editó Nathan Williams, The Kinfolk Table, que está estructurado en cuatro regiones geográficas: Brooklyn,
Publicidad
Publicidad